Nada me duele más que las lágrimas de Roger Federer, ni siquiera haberme levantado a las 6.30 un domingo. Por suerte, volví a ver un partidazo entre dos colosos.
Sinceramente, mi jugador es Roger, pero no puedo dejar de admitir la grandeza de Rafael Nadal. Aparte de ser un jugadorazo y ser puro corazón, parece un deportista humilde y ubicado. Casi un argentino, ¿no?
¿La causa de la derrota del suizo? Increíblemente, fue lo que habitualmente es la ventaja que detenta frente a los demás jugadores: la cabeza. No puede contra Nadal y eso lo frustra. Por otro lado, parece que no puede agarrar el top bien alto del Español a su revés. Una lástima. El Expreso Suizo llegará a ser el más ganador de todos los tiempo -probablemente en Wimbledon o el US Open- pero creo que nunca ganará Roland Garros.
lunes, 2 de febrero de 2009
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