La gripe porcina apareció en EE.UU. mientras paseaba por las calles de Nueva York. No se por qué, pero lo cierto es que la maraña de personas que deambulaba por Wall Street no parecía estar muy asustada. Resulta que allí me enteré de la clásica teoría del complot que surge siempre después de estos grandes acontecimientos: que durante la pandemia de gripe aviar los laboratorios habían producido mucho Tamiflú -el único medicamento efectivo para aquella y esta gripe- y que ahora no sabían dónde meterselo. Por ende, aprovecharon esta noticia, la potenciaron, y ubicaron así el producto excedente.
Uno nunca puede saber qué hay de verdad en estas teorías, pero es muy interesante escucharlas. Lo cierto es que volví, vía Santiago de Chile, a Buenos Aires y no me pidieron la declaración jurada ni me hicieron ningún control de temperatura. ¡Bien por las autoridades argentinas y la ministra de Salud, Graciela Ocaña! Pese a que los vuelos con México "están totalmente cerrados", volví con un bronceado contingente de turistas argentinos que venía de Cancún, a los que tampoco se controló. Unos días después, Ocaña anunció el primer caso de gripe porcina en la Argentina.
lunes, 11 de mayo de 2009
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