jueves, 30 de agosto de 2007

¡Que carelli está el tinto, my God!

Después de que los trabajadores del Indec arreglaran con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, "revisar" el Índice de Precios al Consumidor (IPC) dentro de 90 días, justo (¡oh! casualidad) después de las elecciones de octubre, parecen acabadas las esperanzas de que el Gobierno deje de romper el termómetro en vez de tratar la fiebre (frase ni ahí quemada).

Resulta que un interesante informe de Ieral aporta más datos sobre la brecha, cada vez mayor, entre el índice que mide la inflación en la Capital Federal y conurbano bonaerense, y el que lo hace en el interior del país. La comparación más precisamente es con la tierra de los vinos, Mendoza.

Así, parece que los bodegueros, siguendo al Alfredo Coto rebelde de 2004, no paran de aumentar los vinos y además cobran cada vez más caras las excursiones por sus usinas de sabor. Tanto es así que la inflación anual en Mendoza es de 17,8% contra 8,6% en Buenos Aires. Además, el rubro de Alimentos y Bebidas explica un 6% de la brecha mientras que Ieral estima que el sector de Esparcimiento subió un 10,9% en tierras cuyanas contra un 1,9% en el país de la fantasía porteño-bonaerense.

Aunque tengo un amigo mendocino, creo que es hora de romper la amistad. JUA!

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