El único que salió airoso fue el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. Con una firme y clara explicación, exigió un mínimo de respeto para su principal contricante, el hombre fuerte del PP español, José María Aznar. "Fue un presidente electo por el pueblo español", dijo sobre aquel farsante que mintió al periodismo sobre quiénes habían matado cientos de personas en Atocha y sus causas: el apoyo español a la guerra estadounidense en Irak. El accionar del presidente socialista fue soberbio y destacable.
Chávez, con su habitual discurso cargado de retórica de pseudoverdades endulzadas cargó las tintas, cuando no era su turno, contra las empresas y el ex mandatario ibérico. El rey Juan Carlos, digno de un monarca, fue probablemente el más autoritario. Tiene sentido, por su investidura. No permitir el diálogo en un foro -aquel lugar en donde debe promoverse- es, en sus principios, una contradicción. También, claro, que siga existiendo la monarquía en un país moderno en tiempos de democracia.
Aquí, las imágines....por si no lo vieron...
martes, 13 de noviembre de 2007
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