"Sepan todos los que viven bajo la tiranía y la desesperación: Estados Unidos no ignorará su opresión, no justificará a sus opresores. Cuando se alcen en nombre de la libertad, estaremos a su lado", prometió George Bush en una fría mañana de 2005.
La hipocresía, ya conocida del gobierno de los Estados Unidos, vuelve a hacerse presente. Su retórica quedó desnuda ante la realidad que afecta hoy a Paquistán.
Hace pocos días, el presidente de facto de Pakistán, Pervez Musharraf, dictó el estado de emergencia y encarceló a miles de miembros de la oposición.Actualmente, las protestas arrecian al mandatario.
¿Quién es el principal aliado, con aportes de miles de millones de dólares en la lucha contra el terrorismo, de este país de mayoría musulmana? La actual administración republicana. Esa misma que con sus fondos apoyó los programas nucleares de Paquistán, una dictadura, mientras pedía sanciones a Irán ante la ONU.
"La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse", dijo alguna vez Otto von Bismark, gran político alemán. Yo le agregaría, según la mirada de Bush: Apoyamos la libertad sólo para aquellas democracias que nos favorecen y sostenemos a las dictaduras que nos son funcionales.
miércoles, 7 de noviembre de 2007
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