Hace muchos años, me contaron una anéctoda que vale la pena recordar. Resulta que un maestro de primaria les relata a sus alumnos cómo una viejita de 90 años es asaltada por un ladrón en la calle. El maleante además de robarle todas sus pertenencias la agrede, insulta y la deja tirada en la en medio de la acera.
Para hacer una prueba, el maestro les muestra dos fotos de posibles sospechosos a los chicos: en una de ellas, hay un blanco y en la otra, un negro. Entonces les pide que identifiquen al culpable.
Para horror del maestro, la gran mayoría los alumnos señala sin titubear a la persona de raza negra. Las fotos mostraban al dictador alemán Adolf Hitler, y al luchador por los derechos civiles estadounidense Matin Luther King.
Obviamente, este post viene a colación del comentario racista vertido ayer por el Premio Nobel de medicina de 1962, el genetista británico James Watson. El hombre que fue uno de los descubridores de la estructura del ADN dijo, preocupado por el futuro de Africa, que "los blancos son más inteligentes que los negros".
Esto demuestra que ni la educación nos libera, a veces, de los prejuicios. O peor, que cuando los prejuicios existen desde siempre en una persona, es peligroso que después esa persona se convierta en un científico (si así se lo puede calificar).
jueves, 18 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
síííííí....patético...quizás, debiéramos asumir que un nobel no es garantía de nada, o lo que es peor, que en algunos casos, es garantía de todo lo contrario...porque Al Gore ganó el Nobel de la Paz...por la Paz??!! (ver gestión en el gobierno de Clinton) y por defender el medio ambiente??!! (Clinton firmó el proticolo de Kioto?)
Publicar un comentario