Alguna vez escuché una explicación muy certera sobre porqué el tenista Andre Agassi cultivaba una mayor popularidad que su compatriota Pete Sampras, deportista que más Grands Slams ganó en la historia, entre los estadounidenses.
Este especialista sentenciaba que Agassi lograba una mayor identificación con la gente común debido a su terrible historia personal. El joven de Las Vegas, un rebelde con todas las letras en sus comienzos, logró una rápida popularidad, para caer luego, preso del alcohol y las drogas, por una empinada barranca profesional.
Contra todos los pronósticos, Agassi logró recomponer su vida -se casó con la tenista Steffi Graf- y su carrera -llegó al número uno de la ATP y mantuvo su gran tenis durante muchos años-. A contramano, la vida de Sampras fue siempre en alza. A los 19 años, ganó el US Open y no paró desde allí hasta convertirse en historia, cuando, al momento de su retiro había ganado 14 Grand Slams.
Para los estadounidenses, la vida de Agassi, con todo su dramatismo, se asemejaba más a la de cualquiera de ellos que la de Sampras.
Britney Spears también busca renacer. Con una popular canción, Britney, una simple jovencita de 16 años, saltó a la popularidad y se convirtió en muy poco tiempo en la princesa del pop, o sea, la sucesora de la reina (nada más y nada menos que Madonna).
Tras un vertiginoso ascenso, la cantante cayó bajo los efectos colaterales de la fama. Se casó borracha con un amigo, y se divorció. Luego, se enamoró de un bailarín, Kevin Federline, con quien tuvo dos hijos.
Pero tras las infedelidades de su marido, Britney engordó unos kilos, se emborrachó con Paris Hilton, e incluso la prensa llegó a denunciar que maltrataba a sus hijos. En medio de un escándalo, Federline se divorció de Britney amenazándola con difundir un video sexual de ella si no le pagaba lo que él quería.
Pero hace unos días Britney intentó revivir con un show en un casino de Las Vegas, tierra natal del tenista. Contrariamente a lo que sucedió con Agassi, la cantante no fue un ave fénix y su presentación, con varios kilos de más y una incapacidad evidente para cualquier paso de baile, la hundió aún más en su deblace sin fondo. Sino miren el video (hacer clik aquí).
Hoy Britney todavía no logra ser Agassi.
martes, 11 de septiembre de 2007
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